La TDT se atasca en el tejado

Alerta ante el ‘cuello de botella’ que puede causar la adaptación de las antenas – El PP presenta 8.000 preguntas en el Congreso ante el apagón del 30 de junio
Más de cinco millones de personas cambiarán su manera de ver la televisión dentro de tres meses. El próximo 30 de junio caerá sobre un millar de municipios el apagón analógico, diez meses antes de que llegue a toda España. La lentitud con la que se está llevando la adaptación tecnológica en esas zonas puede provocar un «cuello de botella». Impulsa TDT, la entidad que promueve la televisión digital terrestre en colaboración con las administraciones públicas, alerta sobre la «complejidad» del proceso que se avecina, ya que las antenas que todavía no están listas para captar las nuevas señales se ubican en edificios de pocas viviendas, en zonas rurales o con instalaciones antiguas que pueden requerir una sustitución total del cableado.
Para los espectadores el cambio será radical. Donde ahora sintonizan seis canales nacionales, podrán recibir 22, a los que sumarán los autonómicos o locales gracias a la TDT. El apagón analógico llegará dentro de 112 días a 1.300 municipios, entre los que figuran capitales de provincia como Zaragoza, Teruel, Oviedo o Segovia. Forman parte de la Fase 1 del Plan Nacional de Transición y no todos están llevando a cabo las tareas de adaptación al paso deseado. Impulsa TDT estima que «es necesario acelerar el ritmo».
Hasta ahora, la cobertura técnica de la TDT llega al 92,4% de la población, aunque sólo el 65,6% de los edificios con antenas colectivas están en condiciones de recibir las señales. Representan 629.626 fincas, pero todavía quedan 431.000 (el 34,4%) sin digitalizar, según refleja el informe del pasado febrero de Impulsa TDT. El crecimiento está siendo «menor al deseado» debido en parte a «la complejidad de la intervención que requieren las antenas pendientes de adaptar», lamenta la entidad. Para llevar a cabo este proceso han de ponerse de acuerdo comunidades de vecinos, administradores e instaladores. «Mantenemos nuestra alerta pensando en la posibilidad de que se constituya un potencial cuello de botella por lo inevitable de los tiempos necesarios para llevar a cabo la actuación».
Además de adaptar las antenas, para recibir las señales se necesitan televisores con TDT o descodificadores conectados a los aparatos convencionales. A final de 2008, el parque de receptores vendidos era ya de 15,2 millones.
Con el objetivo de conocer el estado de los municipios afectados en la primera ronda, el Grupo Popular en el Congreso ha presentado un aluvión de preguntas (alrededor de 8.000) al Gobierno. El diputado Miguel ??ngel Cortés, portavoz en la Comisión de Industria, Turismo y Comercio, se interesa por el equipamiento de la red de transportes y difusión, coste de ejecución, cuotas de audiencia, actualización de antenas o venta de receptores en los municipios que apagan el próximo 30 de junio.
El PP ha optado por una batería de preguntas-tipo a la que se han agregado las localidades incluidas en los 32 proyectos de esta fase. «Podíamos haber hecho sólo una pregunta, pero corríamos el riesgo de que el Gobierno nos diera los datos de forma agregada y con todas las trampas del mundo», explica el PP.
Para financiar esta primera etapa, el Consejo de Ministros aprobó el 18 de noviembre pasado una dotación de 8,7 millones de euros a través de un acuerdo que ha sido impugnado por el operador de satélites Astra. La compañía con sede en Luxemburgo alega que se ha vulnerado la libre competencia y el principio de neutralidad tecnológica contemplados por la Unión Europea.
Considera Astra que el Gobierno prima a la plataforma de TDT que explota Abertis, eludiendo así la libre competencia entre las cuatro plataformas (terrestre, satelital, cable y ADSL) que ofrecen las nuevas señales digitales. La compañía también critica el real decreto de medidas urgentes en materia de telecomunicaciones aprobado de 23 de febrero. «Es deliberadamente ambiguo» y «más que estructurar una solución atendiendo a criterios de competencia, eficiencia y neutralidad tecnológica, supone la extensión del monopolio existente en la difusión terrestre de la TDT al monopolio de la TDT en el satélite».
Fuente : ElPaís
Claudio Hernández Diesl.com

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