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Antonio Mateos: «Llevamos dos años engañados con el dividendo digital»

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En una entrevista concedida al diario El Norte de Castilla, el presidente de la Federación Nacional de Instaladores de Telecomunicaciones (Fenitel), Antonio Mateos, ha hecho público el descontento del sector con el modo en que se está llevando a cabo el proceso de liberalización de frecuencias conocido como dividendo digital. En el texto que publica el diario castellano-leonés y que reproducimos a continuación, Mateos hace un repaso a la situación actual del sector.

– Luchar por resistir no tiene sentido: Son palabras suyas de su discurso en la última Asamblea General de Fenitel. ¿Cuál es la situación actual del sector?

– Luchar por resistir es pan para hoy y hambre para mañana. El futuro del sector pasa por diversificar sin remedio. Es cierto que las antenas, y todo lo que ha ido en torno al vídeo, al portero automático o a pequeñas instalaciones de sonido, es lo que nos han hecho vivir hasta ahora de una manera más o menos solvente e, incluso, abundante. Pero las cosas han cambiado en poco tiempo y estamos en la necesidad imperiosa de reciclarse o morir. Tenemos que ir hacia adelante, y no se trata de una huida sino de ver las posibilidades que tienes para poder tener una estabilidad en un futuro. En los 37 años que llevo en esta profesión creo que desde un principio hemos estado corriendo hacia adelante intentando ponernos al día para trasladar al resto de los ciudadanos los avances tecnológicos.

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– Lo que se podría denominar cultura tecnológica y que en alguna ocasión ha comentado que es una de las carencias de esta comunidad…

– Creo que muchas de las tecnologías no se usan ni se implantan en Castilla y León porque el usuario no las conoce, ni conoce sus prestaciones y servicios. Estoy convencido de que lo primero que tenemos que hacer es ser divulgadores de las tecnologías. Parece que esto es así por el envejecimiento de la población castellana y leonesa y porque la gente joven habita más en las ciudades, pero yo siempre digo que la persona mayor que conoce y usa las tecnologías las utiliza con mucha más vehemencia que todos nosotros porque es un medio que tiene para salir al exterior. Se han gastado muchos recursos en núcleos donde más aparentemente se podía rentabilizar esa inversión y hay zonas de nuestra comunidad, sobre todo en la parte oeste, que están muy abandonados a este respecto.

– La dispersión geográfica no ayuda a la hora de dotar por igual a todos los núcleos poblacionales de la misma tecnología.

– Casi el 70% de la población está en el 30% del territorio. En Castilla y León debería haberse planificado mejor una infraestructura coherente con unos centros de implantación tecnológica que hubieran dado mucha mayor cobertura que la que hay ahora. Es inconcebible que en esta comunidad existan más de seiscientos repetidores de televisión. Pero hay un problema mayor, las zonas donde la orografía es montañosa tiene un cometido, pero en las zonas donde la orografía es plana eso es más dañino que beneficioso, porque el intervalo adecuado de la señal está provocando que unas se enfrenten a las otras. Vas a una población donde hay una cobertura del 300% y eso está haciendo más daño porque no puedes instalar una antena para ver bien la televisión.

– En su discurso, otra de las reivindicaciones que hacía era el de la falta de apoyo de las administraciones.

– Nosotros dependemos en todo del Gobierno central. El Autonómico gestiona unas ciertas competencias, pero son mínimas en esta materia. Sí que es cierto que se apoya a la Administración central para conocer los problemas, como pasó recientemente con la extensión de la TDT. La labor de la Junta tiene que ser reivindicativa para demandar posibles prestaciones y ayudas; además debe vigilar por el bienestar de unos y de otros y que, por ejemplo, el señor de un pueblo pueda acceder a la banda ancha en igualdad de condiciones que cualquier otro ciudadano. Ahora mismo, con el satélite tenemos banda ancha en toda la comunidad, pero ¿quién sabe que eso existe? Y con una calidad-precio muy buena.

– Es indudable el papel de su sector para convertir y adaptar las ciudades en ‘smart cities’.

– Nuestro sector siempre ha sido importante, pero nosotros siempre hemos sido el subcontratado del subcontratado, que es el que hace el trabajo al final pero el que no aparece. Respecto al tema de las ‘smart cities’, tenemos que tener relevancia porque las grandes empresas se están dando cuenta de que tienen que llegar al usuario, al que hay que enseñar y educar poco a poco. Un trabajo que tiene que desarrollar el que está cerca del usuario, que somos nosotros. Nosotros tenemos que tener dos componentes en nuestra profesión: el técnico y el social. Volviendo a su pregunta, yo siempre digo que la base de las ‘smart cities’ es el hogar digital, la comunidad digital, y de ahí partimos a la ‘ciudad amigable’. Si no sabes manejar lo poco no pidas que se entienda lo mucho.

– ¿Pero qué es realidad del hogar digital y las ‘smart cities’ y qué ciencia ficción?

– Últimamente, respecto al hogar digital básicamente se está trabajando en tema de alarmas técnicas, intrusión, gestión y control: el que puedas detectar fugas de agua (lo que ayuda a que tu seguro te baje la prima), avisos por humo o fuego, controlar las persianas con sistemas que registran tu cotidianidad, el ahorro energético, poder apagar y encender la calefacción a distancia desde aplicaciones móviles, etcétera. Esto se estaba haciendo ya, aunque la crisis lo ha parado un poco. Ahora estamos trabajando en la formación para integrar en el hogar audiovisuales, sistemas periféricos dolby o 5.1, o vídeo, audio; tener tu propio almacén de sonido y todo partiendo de una misma fuente. En cuanto a los edificios digitales, no se están implantando muchas cosa más allá que sensores de luz y presencia para el ahorro energético, por ejemplo.

– En este caso, la cooperación con las comunidades de vecinos será clave.

– Sí, claro. La confianza que tenemos que generar en el día a día con el usuario es tan importante como la tecnología.

– ¿Y qué preocupaciones os plantean los vecinos más allá del puramente económico?

– En nuevas viviendas, muy pocas gracias a la normativa de infraestructuras en el año 1998 y que lo llamo mi ‘Petete particular’. El problema es con las antiguas, y es lo que estamos pidiendo ahora con la ley de rehabilitación, que se creen ‘seudoinfraestructuras’ comunes de telecomunicaciones para cualquier servicio, como Internet, televisión, banda ancha, fibra, telefonía, etcétera. Un sistema de antena antiguo va en cascada, de vivienda en vivienda, lo que quiere decir es que si un vecino se enfada con otro puede cortar el cable y eso no debería ser así.

– ¿Y cómo está afectando la crisis a la instalación de mejoras tecnológicas en hogares y comunidades?

– Pues afectar, afecta. Ahora mismo hemos tenido un grave problema. Hemos realizado un estudio y entre el 15% y el 19% de las empresas del sector, que sobre todo son micropymes, han caído en este tiempo de crisis, y esto se ha debido a que han estado esperando servicios. Llevamos más de dos años engañados con tema del dividendo digital. Cuando implantamos la TDT, las empresas dedicaron todo su personal a estas instalaciones. Esto se hubiera regulado solo de no haber sido porque el último Consejo de Ministros del anterior Gobierno aprobó un plan sobre la TDT, y las empresas mantuvieron el personal adicional para poder enfrentar este trabajo. Resulta que esto no empezó y se dio largas, y se pasó 2011 y 2012; que ahora sí, que ahora sí, pero no llegó. ¿Te imaginas lo que supone para una pequeña empresa de 12 o 14 empleados, que más de la mitad los tenga inactivos y pagando salarios y seguridad social?

– ¿Y a qué se debe todo ese secretismo y falta de claridad al respecto del dividendo digital?

– Pues no lo sé, tendríamos que preguntárselo a nuestros gobernantes. Me supongo que habrá muchos intereses ocultos, pero principalmente yo creo que no ha existido una voluntad clara de hacer las cosas. Sí que es cierto que hay una sentencia por una serie de inconvenientes que se han ido creando, pero hay un espectro que se debe seguir manteniendo. En un momento se presentó un proyecto de real decreto para la implantación del dividendo digital y se aprobó con el visto bueno de prácticamente todos los participantes y ahí se quedó todo, y no sabemos por qué.

– En este punto, ¿qué solución ofrecen desde su sector?

– Creo que lo lógico es hacer el trasvase, liberar esas frecuencias, que se implante el dividendo digital, que sigan emitiendo los que están hasta que España cumpla la sentencia y, después, que se saque a subasta y se reemplace si quieren. Pero el usuario no tiene que pagar los platos rotos de nadie, porque figúrate el panorama que se nos presenta si tenemos que ir a casa de un cliente y cobrarle 20, 30, 40, 50 o 100 euros o lo que sea por quitarle x programas. El usuario no va a entender esto.

– Este secretismo también se está dando en las primeras pruebas con las nuevas redes 4G se han empezado a realizar en Zamora, ¿tiene usted más datos al respecto?

– Creo que en breve vamos a tener conclusiones públicas al respecto, y yo confío en ello.

– Mientras tanto, algunas empresas de telefonía empiezan a ofertar 4G…

– Algunas compañías de telefonía ya han activado sus servicios 4G, pero no en la frecuencia que nos afecta, que es la de 800 y que es la que tiene parte de la frecuencia de los canales de televisión. Ahora está Vodafone con 1.800 y tenemos algún problema a nivel global, en sitios y en posiciones muy concretos. A las radiofrecuencias no se pueden poner vallas.

– A este respecto, ¿qué se ha hecho en otros países europeos?

– Lo primero y fundamental es que los que se han quedado con la frecuencia para trabajar en 4G les han hecho hacer un depósito económico suficientemente capaz para cubrir las posibles interferencias que produzcan. Sé que se han registrado interferencias en otros países como Reino Unido y que se han solventado. Aunque más que interferencias eran saturaciones, ya que la potencia con la que va a salir una frecuencia de 4G va a ser mucho mayor que la de la televisión, porque en esta necesitas una antena para llevarla al salón; sin embargo, con tu ‘smartphone’ vas a estar en tu salón o donde quieras. No creo que a este nivel se hayan realizado las pruebas. A nivel de radiofrecuencias yo ya me creo cualquier cosa y el usuario suele ser el ‘paganini’ de todos estos problemas y nosotros tenemos que estar ahí para sacar las castañas del fuego a quien las queme.

– Hablaba al inicio de esta entrevista de la necesidad de diversificación y formación que tiene el sector. ¿Cómo están los instaladores afrontando esta situación?

– Como podemos. La verdad es que no todos tienen la suerte que tengo yo de que se dé la formación y quede en casa. A veces das formación a un empleado y luego se marcha, pone un negocio enfrente y te hace la competencia. Eso está pasando. Pero como consideramos que es muy importante para nuestro sector, seguimos formando a la gente, aunque sea con nuestros propios medios. Hoy en día, la principal fuente de formación es la FP, pero la gente no sale muy preparada. Y cuando a nosotros nos empieza a rendir un técnico es a los dos años de estar en la empresa, que es cuando le puedes mandar solo. Y esa inversión no te la paga nadie. Por lo que tener que despedir a la gente te descorazona, porque además de que llegan a ser como de la familia, es nuestro principal activo.

– Y para terminar, ¿cuáles son en resumen los retos de futuro que tiene que afrontar el sector?

– Nos vendría muy bien que saliese el tema del dividendo digital. Como reto, diría avanzar en temas de accesibilidad. Después, evidentemente, vamos a la banda ancha y a la fibra óptica. Nos queda una asignatura pendiente, que es conseguir concienciar a la población de que se gana más con un sistema de prevención que con una reparación de averías. La cultura de mantenimiento aquí en Castilla y León no existe. Y seguir creando esa continuidad de servicio, que es lo que necesita el cliente. Ahí estamos y, mientras podamos, ahí seguimos. Como he comentado antes, somos el negro que ha escrito el libro, pero no aparecemos en los títulos de crédito. Y dentro de lo que hay, no estamos mal de todo. Pero lo peor es que el contexto económico no ha sido lo que nos ha causado el problema. Nos han causado una situación que nos ha llevado a estar bastante mal. Y como le dije el otro día a Víctor Calvo Sotelo, secretario de Estado de Telecomunicaciones, mucha culpa del cierre del 19% de las empresas del sector lo tiene la Setsi; y eso es una espinita que llevamos clavada.

Entrevista: Liliana Martínez, El Norte de Castilla.

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