El Gobierno de Irán no quiere que sus ciudadanos puedan tener acceso a las informaciones venidas del exterior del país. Una ley que data de 1995 prohibió las parabólicas para recibir las emisiones satelitales en los hogares pero no ha sido demasiado respetada por la gente porque se estima que más del 30 por ciento de los hogares ven los programas no autorizados por satélite. Esta tolerancia encubierta parece haber terminado porque, en los últimos tiempos, la seguridad pública ha desmontado más de 125.000 de estas antenas solamente en la región de Teherán. Los agentes de seguridad suben a los tejados para retirarlas. Pero el pueblo iraní hace gala de su ingenio e instala parabólicas discretas. Cuando se supo que en los países del Magreb, como Marruecos, se han instalado parabólicas en los cubos de la basura, la gente se mofaba de que la Policía no estaba lista para ganar este combate.