El rescate de las teles privadas a través de la pública

El debate sobre la financiación de la televisión pública siempre ha estado sobre la mesa, especialmente porque el Ente de RTVE siempre, desde su primera emisión en 1956, ha dado pérdidas. Pero ha cogido más enjundia al calor de una reestructuración del sector audiovisual que va a cambiar el mapa de lo privado y de lo público.
A TVE le tocará jugar un papel fundamental en las posibles fusiones que se avecinan forzadas porque cada vez está más cerca el apagón tecnológico que obliga a una revisión del modelo de negocio de las televisiones generalistas, basado en grandes audiencias para poco operadores, y por la brusca caída de ingresos publicitarios en el sector. En un año ha descendido en casi 400 millones de euros, según Infoadez, y para este ejercicio no se prevé mejor panorama.
El Gobierno ha aprobado una reforma legal del espectro audiovisual y un giro en el desarrollo de la TDT dejando la puerta abierta a contenidos de pago. La primera maniobra permite las fusiones de los operadores privados con licencia en abierto, primer paso para garantizar la supervivencia de las actuales cadenas privadas. Lo de facilitar una TDT de pago es una forma de que rentabilicen el lanzamiento de unos canales vagos de contenidos y de que La Sexta pueda compensar las millonarias inversiones en derechos deportivos. Y la promesa de rebajar la publicidad en la televisión pública es una inyección indirecta de capital a las privadas, en un intento de contentar a todas las partes.
El nuevo sistema de financiación estará basado en el modelo francés, en el que la cadena irá reduciendo progresivamente la publicidad hasta su desaparición, a cambio de un porcentaje que variará entre un 1,5 y un 3% de los ingresos publicitarios de las cadenas privadas. Una fórmula que es insuficiente para que TVE ofrezca un servicio de calidad y rentable. El año pasado el Ente tuvo un presupuesto algo superior a 1.000 millones de euros. Aproximadamente 600 millones fueron por los ingresos publicitarios y el resto de la partida de los Presupuestos del Estado.
Y echando las cuentas de la vieja, la fórmula no sale. Entre Telecinco, Antena 3 -los datos de estas dos son públicos-, La Sexta y Cuatro apenas aportarían entre 60 y 80 millones si ceden el 3% de sus ingresos publicitarios al ente público. Por tanto, cabe preguntarse quién pagará el diferencial. Parece claro que la vamos a pagar todos, pero la pregunta es cómo. ¿Se va a elevar la partida de los Presupuesto o bien se van a inventar un impuesto? .
Cualquiera de las opciones supondrá que el bolsillo del contribuyente va a tener un nuevo agujero, que servirá para financiar un nuevo sistema de televisión del que principalmente se beneficiarán los operadores privados.
Fuente : Finanzas, escrito por Francisco S. Jiménez
Claudio Hernández Diesl.com

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