Cuenta atrás para elegir al presidente de RTVE

Las cuentas sobre la futura composición del Consejo de Administración de RTVE están echadas sobre el supuesto de que se establezca una negociación “normal” entre el PSOE y el PP, aunque entra dentro de lo posible que la ruptura sea total. Así lo reconocen las direcciones de los grupos parlamentarios socialista y popular después de que el decreto sobre el cambio de modelo de elección del presidente de RTVE y de la composición y funciones del futuro consejo haya sido aprobado por el Congreso con los votos del PP, CiU y UPN.

El nuevo órgano de dirección pasará de 12 a 9 miembros, que no tendrán dedicación exclusiva y, por tanto, tampoco sueldo: percibirán dietas por asistencia a las reuniones. Cuatro de los actuales miembros tienen su mandato aún en vigor hasta mediados del mes de enero, por lo que ahora solo habría que elegir a cinco, entre los cuales estaría el presidente. Para asegurarse la mayoría, el PP tendría que proponer a tres nuevos consejeros, que sumados a los dos que ya tiene con el mandato hasta enero le darían cinco, y solo habría que elegir a uno a propuesta de CiU y otro del PSOE. Los socialistas tienen un consejero, Miguel Ángel Sacaluga, con plaza hasta comienzos de 2013. La cuarta consejera proveniente de la anterior etapa es Teresa Aranguren, de Izquierda Unida.

Solo habría que esperar a enero para cubrir las vacantes, pero la mayoría del PP se afianzará en esta primera tacada. En el diseño final el PP quiere tener al menos cinco consejeros; uno sería de CiU y tres podrían ir para el PSOE si las negociaciones no se tuercen. El objetivo del Gobierno es poner al frente de la corporación a un presidente de su agrado y tener una mayoría holgada en el Consejo de Administración de RTVE que le permita no tener problemas de ningún tipo ni cortapisas para llevar adelante los recortes anunciados para la radiotelevisión pública.

En ambos partidos hay conciencia de que las relaciones son muy frías y podría no llegarse a ningún acuerdo. En el peor de los supuestos, los socialistas están preparados incluso para que el PP se quede con cuatro de los cinco consejeros que hay que renovar en estos momentos, y solo ceda uno a CiU. Si así fuera tendría de entrada los dos tercios del consejo, por lo que no tendría que pactar y negociar nada, ni siquiera en las votaciones para las que se requiere esa mayoría cualificada. Esos dos tercios serían muy útiles para el PP en el caso de que decidan hacer tabla rasa y prescindir de los consejeros cuyo mandato termina en enero. Esa mayoría cualificada sería la única capaz de anticipar su salida.

No hay mucho margen para la negociación a pesar de que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha asegurado que el Ejecutivo tiene interés en “ampliar el consenso” para la elección del presidente de la corporación y la elección del Consejo. El decreto ley por el que podrá elegirse a los consejeros en segunda vuelta por mayoría simple es el origen del envenenamiento de la relación. Los socialistas esperaban una tercera reunión entre el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba —han mantenido una pública y otra secreta—, pero se han encontrado con el decreto que les despoja de su capacidad de influir en la elección al no ser necesarios sus votos.

En los próximos días habrá una comunicación pero el presidente aún no ha decidido si llamará a Rubalcaba o dejará el asunto en manos de la vicepresidenta. No obstante, en el Grupo Popular están preparados para ser ellos, a través del portavoz, Alfonso Alonso, quien lleve la negociación con su homóloga en el Grupo Socialista, Soraya Rodríguez.

La única negociación que ha habido hasta ahora sobre RTVE se ha desarrollado entre la vicepresidenta Sáenz de Santamaría y el portavoz de CiU, Josep Antoni Duran, que culminó con los votos de ese grupo al decreto y el compromiso firme de que un representante de CiU estará en el consejo.

En el PSOE esperan la llamada del Gobierno pero reconocen que el clima no es bueno en absoluto. “No es agradable dialogar con una pistola encima de la mesa”. Se refiere este interlocutor socialista a la existencia del decreto ley por el que si el PSOE no acepta el nombre de quien proponga el PP, y los socialistas votan en contra en el Parlamento, el PP solo tiene que esperar 24 horas para sacar adelante a su candidato con sus propios votos.

Publicaciones Similares