La financiación pública para la TDT podría llegar a ser considera ilegal por Bruselas

Abril es la fecha límite que tiene la Comisión Europea para pronunciarse sobre el expediente que se abrió en septiembre de 2010 con objeto de investigar el sistema de financiación público aplicado para lanzar la Televisión Digital Terrestre.

La financiación es susceptible de ser considerada ayuda de Estado ilegal, y podría obligar a devolver los 350 millones en dinero público empleados para extender la señal televisiva a los hogares. Todo un problema para quienes ya han gastado los fondos.

El germen del conflicto viene de lejos. La queja fue presentada por el operador de satélites Astra en mayo de 2009. ¿Su argumento? Que la ampliación de la cobertura a partir del 90% de la población es más eficiente a través del propio satélite y que podría haberse violado el principio de neutralidad tecnológica.

Bruselas atendió la reclamación y abrió el expediente tras una investigación preliminar:

“La Comisión celebra los esfuerzos de los Estados miembros para garantizar una transición fluida de la tecnología analógica a la digital. Sin embargo, hay que asegurarse de que cualquier iniciativa pública se lleva a cabo respetando la normativa comunitariasobre ayudas estatales y no discrimine entre las distintas plataformas”

Según las cuentas efectuadas por Astra, ampliar la señal de televisión digital terrestre a entre el 96% y el 98,5% de la población supuso una inversión de 327 millones de euros, con un coste de mantenimiento de 67,2 millones anuales. Buena parte de ese importe se habría transferido a las comunidades.

¿Cómo se implementaría la devolución de esos fondos si Bruselas así lo determina?

No está nada claro quién tendría que devolver ese dinero. Las comunidades autónomas y los ayuntamientos ya han empleado esos importes para la compra de equipos. También podrían ser los operadores de televisión, que se han beneficiado de esa ampliación de cobertura. O incluso Abertis, que ha utilizado esa infraestructura para dar servicio comercial a los radiodifusores.

Los operadores estaban obligados a cubrir el 96% de la población, en el caso de los privados, y el 98% en el caso de los públicos, lo que dejaba fuera a unos 300.000 hogares y un millón de habitantes. En España, sólo la cobertura del 98,5% al 100% se ha hecho vía satélite.

Abertis ya ha sufrido por su papel en el apagón analógico

La Comisión Nacional de Competencia (CNC) multaba a la firma catalana con 13,75 millones de euros el pasado mes de febrero por abuso de posición de dominio en el mercado de los servicios de transporte y distribución de la señal de TDT. La denuncia había sido también planteada por Astra, que desde el principio ha sostenido que el modelo se había implementado a la medida de Abertis. En mayo de 2009, la compañía de Salvador Alemany ya había sido sancionada por la CNC con 22,65 millones por conductas restrictivas a la competencia en el ámbito de la TDT.

La financiación de RTVE

La extensión de la TDT puede ser el menor de los problemas para el Gobierno si Bruselas finalmente echa abajo el modelo de financiación de RTVE puesto en marcha por el PSOE, basado en un canon a las telecos y a las televisiones privadas. Un escenario que el PP da por hecho y contempla de forma inminente.

La principal inquietud en Génova es que hubiera que reintegrar a las compañías los fondos desembolsados hasta ahora para sufragar la televisión pública. Ya que se desconoce de momento si ya se ha gastado lo que las telecos y las cadenas han pagado en estos dos años.

La Comisión Europea anunciaba hace ahora un año que llevaría a España ante el Tribunal de la UE por no haber suprimido la tasa a los operadores de telecomunicaciones. Bruselas considera que el nuevo impuesto no está en línea con las normas comunitarias, ya que supone una doble imposición a las empresas y no se emplea en financiar costes de regulación del propio sector.

Los máximos responsables de la cadena minimizaban este riesgo en la Memoria incluida en las últimas cuentas anuales:

“Los Administradores de la Corporación RTVE consideran que se trata un recurso de incumplimiento, por lo que en ningún caso podría dar lugar a la devolución de lo recaudado por la CMT y, menos aún, a la recuperación de los devengado en 2010 por la Corporación RTVE en relación con las aportaciones de estos operadores de telecomunicaciones”

La gota que colma el vaso

Se entiende que este cúmulo de situaciones ha llevado a Rajoy a determinar el desmantelamiento de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, en favor del Gobierno de Industria.

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