La ley del sector audiovisual ¿Garantiza la accesibilidad de la televisión digital?
Expertos en el ámbito de la televisión digital accesible han considerado necesaria más regulación, estandarización y nuevas fórmulas creativas para obtener financiación como el patrocinio que permitiría abaratar costes en la emisión de contenidos accesibles.
Estas son algunas de las conclusiones del nuevo «Taller de Expertos» organizado por la Fundación Centro Nacional de Tecnologías de la Accesibilidad (Centac) y dedicado, en esta ocasión, a los retos de la televisión digital accesible. El encuentro ha sido acogido por el Real Patronato sobre Discapacidad, patrono de Centac.
El «Taller de Expertos: Televisión Digital Accesible” ha sido moderado por el director general de Centac, Juan Luis Quincoces, quien planteó cuestiones como «cuáles son las características deseables para un servicio de TDT accesible», «si los canales de televisión públicos y privados están preparados para alcanzar el 90% y 75% de subtitulación, respectivamente, en 2013», o los retos que plantea, en términos de accesibilidad, la televisión a la carta por Internet o el televisor híbrido.
En el escenario actual de crisis, Quincoces apostó por no olvidar que el mundo de la discapacidad lleva años viviendo en un «déficit de derechos» y subrayó que si existiera una obligatoriedad de que todos los TDT fueran accesibles, «el coste se difuminaría».
También se refirió a las deficiencias legislativas en este ámbito y consideró que la legislación debe ser «más regulatoria y obligatoria, y abarcar a receptores, contenidos, y, en definitiva, la accesibilidad global».
Por su parte, Belén Ruiz, directora técnica del Centro Español de Subtitulado y Audio descripción (CESyA) señaló que la televisión «es esa pequeña ventana que comparte nuestra vida y lo deseable es que todos podamos hacerlo con familia y amigos, independientemente de si tienen o no discapacidad». Por ello, recalcó, «hay que aportar los servicios de apoyo necesarios», como el subtitulado, audio descripción, incorporación de la lengua de signos o receptores que sincronicen subtítulos con imágenes.
El marco legal, desde su punto de vista, «se queda corto» porque la Convención de la ONU sobre Derechos de las Personas con Discapacidad se centra en la accesibilidad en lo que respecta a la emisión de contenidos audiovisuales, pero no en la recepción.
Según destacó, este año 2012 «ha habido un antes y un después» en el esfuerzo de las televisiones por hacer accesibles sus contenidos aunque puso el ejemplo de las plataformas de pago, a través de las cuales acceden un 50% de los usuarios a la televisión y que no están obligadas a subtitular.
En este punto, resaltó la labor de TV3, referente en emisión de contenidos accesibles en España a nivel autonómico, por delante de Canal Sur y destacó que muchos de los canales autonómicos «tienen un público y recursos limitados», por lo que, tanto a nivel autonómico como nacional, «una buena forma de abaratar costes en emisión de contenidos accesibles es el patrocinio».
Sobre los anuncios, explicó que aquellos que provienen de las Administraciones Públicas tienen que estar subtitulados por ley y respecto a las empresas, Campofrío fue la primera marca en subtitular y audio describir su publicidad. «Hay franjas horarias en las que lo único que está subtitulado son los anuncios», pero «por interés propio de las empresa».
También se refirió a los receptores. De entre los más vendidos, según explicó, un 50% no mantienen los subtítulos y apostó por seguir el «Diseño para Todos» a través de un receptor único estándar que contemple estas cuestiones y, en este punto, ha dicho, «Internet nos va a dar opciones para retardar la imagen y ofrecer servicios sincronizados, depurar los subtítulos y emitir audio descripciones en directo».
Ruiz abordó también el tema de la señalización e información, donde «se está haciendo un esfuerzo aunque la ley se haya quedado corta en este ámbito». «La persona con discapacidad tiene que saber cuándo puede ver un programa accesible», puntualizó.
Respecto a la televisión en Internet, afirmó que «estamos ante un cambio tecnológico y de consumo de la televisión: ahora el consumo es mucho más individual y a demanda, por lo que hay que tratar de resolver este problema de futuro». La Administración, las universidades, empresas, usuarios y televisiones tienen que hacer un esfuerzo de accesibilidad.
Miguel Hidalgo, propietario consejero del Centro Especial de Integración Audiovisual y Formación Ceiaf y presidente de la Fundación para la Accesibilidad a los Medios Audiovisuales (Familia) lamentó que en las televisiones no se llegue a la media en subtitulado que marca la ley, que, recalcó, «se ha quedado corta en audiodescripción y lengua de signos». Asimismo, consideró «muy discriminatorio» que la ley estipule un 90% de subtitulado para las cadenas públicas y un 75% para las privadas.
«No tiene sentido audiodescribir un informativo, pero sí los programas de ficción», señaló, al tiempo que opinó que la subtitulación se extendió como reivindicación de las personas sordas, pero «ahora hay que pasar de la cantidad a la calidad, se tiene que abanderar la audiodescripción».
Todos estamos abocados a ser dependientes por problemas de visión, audición y procesamientos de información ralentizados», señaló, y «tenemos una tecnología que permite hacer cosas» aunque, puntualizó, «la pregunta es quién va a pagar todo esto». En esta línea, apostó por el «Diseño para Todos» y trabajar en I+D.
Hidalgo coincidió con el resto de ponentes en que una de las grandes soluciones es el patrocinio de los subtítulos, tal y como se hace en EEUU. «No podemos hacer que este coste recaiga en una cadena local», subrayó, y apostó por potenciar la creatividad para buscar nuevas vías de financiación, «más si cabe en época de carencias».
A este respecto, José Díaz Fernández Arguelles, subdirector de Teletexto y Subtitulado de Rtve; optó por «no crear grandes expectativas porque las restricciones económicas afectan también a este ámbito» y defendió el papel de las televisiones que tienen «sensibilidad» y realizan «el mayor esfuerzo posible dentro de sus posibilidades económicas».
Así, recordó que el año pasado, RTVE emitió 30.450 horas de subtitulación, un 40% más que el año anterior, y desde las televisiones autonómicas más modestas también se está tratando de mejorar el subtitulado. Además, señaló, este esfuerzo se realiza también en señalización e información.
En esta línea, se refirió a franjas horarias como la nocturna, donde se emite un programa de música de dos horas que es imposible de subtitular o programas de niños donde no se habla y se deberían considerar no subtitulables. Así, cuestionó si «tiene sentido hacer este esfuerzo para una a audiencia de 100.000 personas».
Sobre el futuro de la televisión por Internet, Díaz aseguró que «el mundo broadcast estaba muy regulado, pero en el mundo Internet no hay estándares» y apostó por «llegar a una convergencia en el subtitulado y poder aprovechar esos subtítulos ya elaborados para Internet a través, por ejemplo, del lenguaje XML«.
Sobre la fórmula del patrocinio, afirmó que el público objetivo es muy reducido y a los anunciantes no les interesa patrocinar este subtitulado, por lo que habría que dar «más valor» a la RSC para que las empresas pudieran rentabilizar su apoyo a través de ella.
Desde su perspectiva, la única forma de garantizar la accesibilidad es hoy en día a través de la televisión, ya que Internet llega al 60% de la población, mientras la televisión llega al 90%, dado que no todo el mundo puede pagar el acceso a Internet.
Asimismo, José Javier García-Madrid, director de Tecnología (CTO) de Investrónica, empresa del grupo El Corte Inglés, señaló que no hay un marco legal que obligue a los fabricantes a que los dispositivos accesibles se vayan implementando y aunque destacó que «hacer un TDT accesible es bastante más caro que uno que no lo sea«. «Si todos tuvieran que ser accesibles, la economía de escala haría que el precio fuera similar a los receptores de TDT convencionales», puntualizó.
También se refirió a la televisión a la carta por Internet y lamentó que no existan estándares ni regulación y que su accesibilidad «dependa de la buena voluntad de los implicados».
Finalmente, Esther Moreno, investigadora del grupo T>SIC de la Universidad Politécnica de Madrid, subrayó que también hay que hacer accesibles otros servicios y aplicaciones como la guía electrónica de programación, no sólo el acceso a los contenidos.