Los españoles han comprado 470.000 televisores que no servirán en un año
¿Falta de información o fascinación ante el atractivo económico de unos equipos que los comercios tendrán que desahuciar en breve? Impulsa TDT, organización promovida por Industria y que aglutina a los principales operadores, lo considera “inexplicable” y pide a las instituciones de Consumo que tomen medidas “para erradicarlos definitivamente”.
Medidas como las adoptadas en Francia, donde en marzo de 2008 se prohibió directamente la venta de televisores que no incorporaran un sintonizador para la televisión digital terrestre. Una petición de los operadores españoles que no ha atendido el Ministerio de Sanidad y Consumo, que se ha limitado a establecer sanciones administrativas para aquellos comercios que no adviertan a los clientes de la necesidad de comprar un receptor digital para poder ver la televisión después del apagón analógico. Dos aparatos en lugar de uno. De hecho, fuentes del sector aseguran a El Confidencial que la prohibición en Francia ha hecho que muchas partidas de televisores analógicos hayan recalado en España a precios por los suelos.
“Ya ha comenzado la imparable cuenta atrás hacia la nueva tecnología digital terrestre como opción única en las emisiones de televisión y es importante que todos los españoles sean conscientes de la inmediata caducidad de esos televisores residuales”, expone Impulsa TDT en su último informe mensual, correspondiente al mes de abril. Aunque el definitivo apagón analógico se producirá en abril de 2010, el 30 de junio del presente año ya hay lugares en que sólo podrá verse la televisión con tecnología digital. Sucederá en enclaves vacaciones como Maspalomas, en Gran Canaria, localidades de la Costa Brava catalana o de la sierra madrileña, además de en grandes ciudades como Zaragoza, Vitoria, Las Palmas u Oviedo.
Aunque en febrero parece detectarse una cierta desaceleración de las ventas de televisores que no pueden captar la señal TDT, al alcanzarse sólo los 14.000 equipos vendidos, lo cierto es que el descenso no es tan drástico como esperaban los operadores. De hecho, entre noviembre y enero la cifra se había mantenido estable por encima de las 20.000 unidades comercializadas. Un proceso lento que ha suscitado la inquietud general. “La adquisición de este tipo de televisor no deja de preocupar a Impulsa TDT, aunque su continua reducción parece conducir a su extinción natural”, se consuela el informe.
En todo caso, y más allá de que muchos estén aprovechando los precios para comprar un televisor analógico al que luego añadirán el sintonizador digital –que cuesta 38 euros de media-, el problema de fondo radica en la superposición de tecnologías que puede producirse en los próximos meses. Según advierte la Asociación Española de Empresas de Televisión Interactiva (Aedeti) respecto a la TDT de pago, “la implantación debe hacerse a través de un modelo horizontal (…). La falta de regulación traerá como consecuencia el desarrollo de una multiplicidad de soluciones verticales que generará serios problemas a las familias que se podrían ver obligadas a adquirir descodificadores distintos para acceder a contenidos de pago de operadores diversos”.
Y es que, además del sintonizador para la TDT para quienes no lo tengan integrado en su televisor, se necesitará otro diferente para acceder a TDT de pago, si es que el resquicio que el Ministerio de Industria dejó abierto para su definitiva aprobación finalmente se concreta. Los descodificadores que hay actualmente en las casas son meros zapper (captadores de la señal) y carecen del acceso condicionado necesario para efectuar las compras en el pay per view. En román paladino, una ranura para introducir una tarjeta a través de la cual se pueda efectuar el pago del evento en cuestión. Ahí tampoco ayuda que el sintonizador esté integrado en el televisor. Habrá que rascarse el bolsillo.
Pero ahí no acaba todo. La alta definición, cuando finalmente se regule, necesitará otro decodificador diferente. En Francia, para evitar el exceso de cajas se optó por prohibir también a partir de diciembre los televisores que no incorporaran un decodificador capaz de recibir señal en alta definición (MPEG4). En España, sin embargo, sólo se irán sumando gastos para los hogares cuando las nuevas tecnologías afloren. Las cadenas han lamentado repetidamente que la aprobación de la que debería ser hoja de ruta del sector, la Ley General Audiovisual, esté ya fuera de todo plazo y el Ejecutivo esté regulando a base de parches.
Tampoco pueden ser más desalentadores los datos respecto a una de los principales atractivos de la TDT: la posibilidad de acceder a servicios interactivos. Y es que sólo 3.000 de los 2,4 millones de terminales externos vendidos en 2008 tenían tecnología MPH (Multimedia Home Platform), imprescindible para estos servicios. En Italia, nueve de cada diez descodificadores vendidos son MPH. Las televisiones dan fe. “No ofrecemos todavía esos servicios porque no son rentables”, se explica desde una cadena privada.