Los operadores de satélites piden una nueva regulación europea

La Asociación Europea de Operadores de Satélites (ESOA) quiere que se respete el espectro radioeléctrico que tienen reservado y que no interfieran sistemas inalámbricos para potenciar el uso de la banda ancha.

Representantes de la ESOA se reunieron con eurodiputados y funcionarios de las instituciones europeas para solicitarles que no permitan abrir ciertas bandas de frecuencia, hasta ahora exclusivas para el uso de los satélites, a sistemas como «WiMax» (una conexión inalámbrica «wifi» con un alcance de decenas de kilómetros), ya que pueden perjudicar la continuidad de sus servicios.

Los ministros de Telecomunicaciones de la UE analizarán el próximo 27 de noviembre la propuesta de la Comisión, que plantea que la promoción de los objetivos de la política cultural y de los medios de comunicación no debe «limitar indebidamente la flexibilidad en el uso del espectro», ni poner en tela de juicio el impulso de la banda ancha inalámbrica en las zonas rurales y otras no metropolitanas.

Todo ello en consonancia con la política de «banda ancha para todos» que defiende la Comisión Europea.

El responsable de análisis de riesgos de ESOA, Ignacio González Núñez, advirtió de que si la normativa comunitaria impone restricciones a los operadores europeos de satélites acabará «penalizando la competencia», ya que compañías de fuera de la UE que no están sujetas a sus leyes serán más competitivas.

González destacó que la Unión Internacional de Telecomunicaciones, una agencia dependiente de las Naciones Unidas, es responsable de otorgar y coordinar las posiciones orbitales y las diferentes bandas de frecuencia de los satélites.

«Las comunicaciones por satélite no saben de fronteras, por eso son reguladas por las Naciones Unidas», explicó.

ESOA reclama que se tenga en cuenta ese reglamento que ya existe a nivel mundial, así como las especiales características y funciones de una tecnología «particular» que opera «a 36.000 kilómetros de altura en el espacio», desde donde controla «un tercio de la superficie terrestre».